jueves, 14 de febrero de 2013

Vino para el Lobo

Entre aguas y lagunas,
entre paginas que aullan
las sombras que dibujan
las rutas que no obstruyan
las pisadas en el bosque
los oidos de un titere prematuro
danzante aun cuando el no es del futuro
el es titere pero no lo han tallado
sus cuerdas no son para entretener,
sus huellas al final de sus dedos
no esperan el venir de unos nuevos,
pues en su preterito no hay publico
sino hay lazos infinitos
son abrazos por instinto.

En el canto suave del viento,

si se presta la debida atención,
se logra escuchar el suspiro de un ser
que no sabe si aullar o callar el corazón,
esas pisadas de cuatro columnas
visitan a diario los vecindarios de titeres,
se asombra de su teatro y los admira,
se sienta en silencio
y de vez en cuando se le dibuja una sonrisa,
son lecciones cortesia de una maestra
independiente, fuerte, amable...
la madre solitaria por sus hijos sin presente,
las hojas placidamente adormecidas
relatan su caida 
y el viaje desde donde
un día
fueron pulmones y fueron vida
eran un ente sin prisa,
pero eran
pues ya no
y aún posterior a la sorpresa
no encuentran y menos esperan
la espina ni la pena.

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