Y acá en la altitud,
en reclusión instintiva contra piel ajena,
la real animalia y su cómplice,
una mente de otra época que no quiere ser serena,
sumando a esta causa se juntan:
la luna, el silencio, la tierra...
esas voces que emanan del suelo,
esos versos aludiendo lo incierto,
maldita la reacreación de lo imposible
dando colores a matices que dejarán de ser grices,
estúpida la voluntad
de no importarle la libertad de esas riendas
de entre piernas alegando inocencia
no ceder en el duelo psicológico de una consciencia contra otra,
distinguiendo las horas y los campos en que moran
sabiendo que aunque sean los rostros de quienes batalla añoran,
la historia y el desarrollo de tal e inminente sin razón,
sea todo primogénito
del café vacío en el sillón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario