miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sueño de pentagramas

Deseara yo el regir mis latidos solamente en pentagramas,
ser la gota de sudor destilada en manos de cuero
y los distintos cuervos que me arrullan de noche.
Desearan mis lentes salir volando tanto
como mis manos anhelan bañarse 
solo en la sangre del parto del arte.
Tornarse en las clarividencias de una distorsión 
en los relatos entre cuerdas,
desmayarse instantáneamente para ser la bruma
maldita de los recuerdos, de la mala cordura
y los besos de una amante lujuriosa de éxtasis.
Prestaría voluntariamente yo mis labios
solo si las intensiones no fueran buenas.
Pintaría en sus piernas los versos
en su cuerpo las ganas.....
          las intensas miradas de mis ojos cerrados
          mientras mi garganta se miente a si misma en la gesta....

Desearía mi silueta ser más desentonada
                              y un poco más disuelta en aire...

sábado, 8 de noviembre de 2014

Un receta a fuego lento para los cuervos

Es cuestión de sangre y espacialidad,
la poca escogencia que se contrae al despertar,
no en consciencia,
mas en el lapso de respiración
que inicia en lágrimas y se acrecienta en la piel
por el fruto de la inocencia.

En posiciones de la línea que comienza sin voluntad
se estacionan las víctimas del aire,
todas robando, compartiendo y en algunos casos prestando
el aliento de memorias que por boca
no se menciona.

Salen del cuadro los trazos más retorcidos
que en su visión no entraron,
lagunas de cuerpos acumulados,
cementerios hechos villas,
cuentos que de ninguna forma
pintan maravillas...

Soy la poca voluntad
que el cuervo está esperando devorar...

sábado, 1 de noviembre de 2014

Sería... Tal vez...

Sería bueno compartir su aliento,
darme no solo el lujo del teatro en sus ojos,
sería útil abandonar la libreta
y el demonio literario en que usualmente me transformo,
dejar a un lado los himnos de noche
y la espada ensangrentada con tinta,
sería bueno tal vez querer ser uno
no solo con mi sombra,
sería tal vez razonable no extasiarme del silencio
ni negar mi anhelo por encontrarme en otros labios,
sería posiblemente aburrido
    abandonar mi buen borracho
        por decoros de etiqueta,
        dejar los cuentos de libreta
    para abordar consecuentes
        tramos sin ilusión
             ni probabilidad de mar.

Sería mi futuro prescindible
si mi miedo al presente no fuera tan real.