Hay momentos en que a mi mente le cuesta,
la aceptación se difumina,
en pares de rutas la imagen alucina,
pero cae...
se destruye al golpear la realidad
con el gruñir de mi tinta en soledad,
así que sigo
me obligo a cerrar los ojos nuevamente,
parpadear para no llorar,
no físicamente,
pues alma y mente
llevan tiempo siendo más agua que metáfora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario