miércoles, 20 de agosto de 2014

Rotura de tarde

¿Que todo va bien?
¿Que las tardes son ahora placenteras?
¡No tiene usted
la más mínima puta idea!
los segundos se pierden como el culo,
las neuronas desenfocadas
las cicatrices ardiendo en furia,
su palabra simula una gota en un incendio,
una aguja en un infierno,
lamentos de lujo
para niños sin cielo;
¿que va a saber usted de lamentos?
si en su armario no ha tendido los pies, un muerto,
siquiera la locura de un ojo tuerto,
¿Qué va a saber usted de sangrar los días?
de levantarse sin tener ni pies ni brazos,
de en la oscuridad absoluta no tener guía,
arder y despertarse
solo para nuevamente estar al alcance
de otra garra isolada en trance.

En este cuadro
los pinceles románticos se tornaron en asesinos,
la tinta se escurrió por las paredes
como un demonio de cera
cautivando las ojeras de su presa,
el insomnio de la diestra
saca su nudo vocal con demencia
y ahora repta inquieta
en cacería de las bellas letras,
no para exaltarlas
sino para corromperlas,
darles herramientas y ansias
de excavar la suciedad del alma;
formas de analizar la inversión
tejida entre los labios,
la sed de ira destilada en esta vacía mirada.

Paciencia.... sombra del hombre en delirio.

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