domingo, 28 de abril de 2013

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Es una lanza en una piedra,
Son los gritos que pesan en la balanza,
Pasadas tardes que en noches convirtieron
Los destellos sin rumbo de un vagabundo.

Escucho esa voz
Relatos de un aguacero a medio camino,
Los retumbos de un chilillo
En mano de Dios,
Pero no golpean la tierra,
Son sonidos dispersos en mi habitación,
En un salón oscuro
Donde la vista no he de pasar,
El salón de los recuerdos
Sembrados sin necesidad...
Ambiciones,
Decepciones,
Paladas de tierra
sobre un muerto en palpitaciones,
pisotones a un cuerpo derrotado,
cuchilladas a una mente que no le queda más llanto,
el miedo encarnado
por el aire cosido en su abrigo,
remaches de odio
para un hueco forjado en la piel...

Pisadas...
Huellas cada vez más pesadas,
Caminando la dimensión de latido constante...
Un poco menos a flote
Obscurecieron las escaleras,
Un poco más miope
Tropecé en una nueva escena,
En el suelo reflejo fui,
Un alma de humo en que me formé.

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