Vientos de noches
han dado al lobo visiones,
ideas verbales pintaron en sus pupilas
las orgías en que la musa se deleitaba,
ahí frente al espectro lobezno
corría la lujuria ficticia,
en su piel
se le notaba sangre
brotando por la devoción al ritual;
era un espectáculo digno del infierno,
ese cálido paisaje de insaciabilidad carnal
y sus gemidos,
en una interpretación única,
rasgaban los tonos de su vientre
al gestar la autoría de un orgasmo ajeno,
oh delicioso pecado en que se sumerge,
oh cintura endemoniada,
ama lasciva del tiempo,
doncella hambrienta de semen
así como dueña del insomnio en que la desea sofocar.
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