palpita en sí su ansia de ser,
pues es molde maldito,
espacio ajeno a las leyes y restricciones,
cómplice indiscutible del delito
conceptualizada en vagabundería,
en quemarse uno la propia vida
con cada tachón que dejé ver en la
esquina...
...
en la esquina del ojo que rasguñó
la
imagen de aquella novela inmensa,
merecida
de tomos románticos
de
drama y sangre intensa,
pero
su historia ínfima ni nombró
a
la dama de la otra acera...
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