martes, 28 de mayo de 2013

Manos en mi espalda

Sentado y de ojos cerrados...
pensando en el espacio alrededor...
cuando sin más aviso que el murmullo de sus pies,
sus manos despejan el caos que una vez mi mente pintó,
haciendo de mis pupilas lienzo desconocido
más que en los preciados verbos y adjetivos
que en letras como estas he de contar
e intentar reflejar lo que sus ojos hacen a los míos,
que aún cuando me siento indefenso,
a su merced y sin armadura que me cubra,
no me importa pues su arma es el beso
y su usual herida es más bien la cura.

Así sin más desvelo innecesario
opto por dejar mi vista de noche,
por ciego recitar temerario
mientras lo que sueño es de nuevo su toque,
un espacio con su dificil tiempo
para expresarle con el lenguaje del silencio,
que este enfermo no quiere remedio,
pues ser parte de tu sonrisa es su más grande anhelo.

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