Pasos continuos deletrean la historia,
pasos buenos, izquierdos y además torcidos
son la energía de una nueva memoria
sembrada en cada huella y lugar donde he caído.
Primeramente las suelas teñidas de verde
despreocupadas trazan la facilidad,
su huella liviana y profundamente
provoca la redacción de un libreto ideal,
sin embargo su espontanea gentileza
pudo haber sido marcada antes sin permiso,
la causalidad impropia de la escogencia
del que en reacción tomó un nuevo camino.
Luego se notan un poco más detalladas,
las señas tácitas de sorpresa,
las insinuaciones de las respuestas
jodidas huyendo más rápido de lo que se anda,
la percepción prematura de grietas en la sombra del día,
la distorsión del cuadro de esencia impresionista
que molesta las órdenes de la línea dibujada,
las blasfemias impuras contra supuesta estabilidad del alma.
Y se ha notado lo simple de hablar con el suelo,
pues el instante percibido es a media conversación,
cuando los pies no han encontrado ya consuelo
rompiendo en llanto dentro de su caparazón,
tomando refugio de los demonios propios,
los que atentan cada noche con quitar la razón,
mas son las pisadas transcurridas
el aire y cicratices del rumbo que se llevó,
el mapa personificado en maldito locutor
de los errores y pocos aciertos,
temores y ansias putas sin monumento,
y además de desgracia...
la fortaleza y necesidad de salir en su aliento,
porque después de ser tres en un cuerpo,
sabiduría propia inunda las paredes que contengo,
los ojos logran ser ventanas,
la sangre se tiñe nuevamente de ganas,
lo estático por fin se desgarra
junto con el miedo y su ambiente que sensuraba.
Ahora se aprecian los diseñis que exhiben la piel,
en su roce relatan la evolución del ser,
ahora las pisadas son más serenas,
pero nunca habán hablado con tanta firmeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario