se han encontrado barcos de despiste
tras la guitarra y las notas del desamor,
hoy entre vinos y letras entre estados,
se han visto los escenarios en que tuviste
la mirada que no sabe el viento a su
favor.
Vieja ha sido la vista al futuro
e inexacta la puntería de un arco sin dirección,
sin rima ni cuidados por lo que obtuvo,
llorando a intervalos una prematura perdición.
Los sabores a añejo no es vino,
no es alcohol ni drogas ni sexo,
no hay lujurias por ojos equinos,
menos tiempo pintando el exceso;
no hay saber de lo que no es vivido,
no hay más que una inculta cognición
de negra caja de cambios en corazón,
Así como la carencia de final
donde no existe Sol que animar,
cual espíritu soñador de cereal
al pie de su escalera de cristal.
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