divagan por el destino,
relatan de amor
y de veranos con frío,
gritan de dolor,
lloran por lo perdido.
Hoy dejé perdidos los carteles mundanos,
hoy me despoje de mi sentido de humano,
han sido las nubes las que anunciaron el
tiempo,
en que los ojos han ardido sangrientos,
en que se retoma los murales de fuego
para gritar las alegrías en lienzos,
pero pintados con el lápiz de carne
dejando marca en la hoja que encarne.
Han sido incontables vueltas
las que mi vista ha presenciado,
dos mil viajes a las Lunas,
y mis pies fieles al pasado,
parados en la fertilidad de un suelo
distinto,
versando de cabellos llameantes e
instinto,
acciones que en cualquier tiempo verbal
han sido portales a la mentira y lo real,
pinceles decorando caras opuestas,
primerizos cantos a muzas distantes,
manos acariciando en el aire las piezas
de un juego que perdí en un instante.
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