dame de tus frutos benditos,
ese verde que me da
esperanza,
de algún día equilibrar la
balanza,
sostenme tu, oh gran dios mío,
dame el pan que solo por ti
consigo,
eres el todo de mi
vida,
por lo que lucho y lo que
destruyo,
ese incentivo por el que
deliro,
eres abstracción pero aun así
te persigo,
te tengo y tú me llenas,
crezco siguiendo tus
estrellas,
surges del norte de mi
rumbo,
eres el destino que busca el
mundo,
tómame, poséeme,
omnipotente inexistencia,
en tu ser esta mi esencia,
me vistes y te apoderas...
más bien... das dicha a mi
aldea,
Cómpralos, véndelos,
que por tenerte,
a mis hijos te los cedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario